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Nueva Clase Parapentes de Competición

Cambios en la Competición ¿Afectarán a Todos los Pilotos?
La CIVL (Comisión Internacional de Vuelo Libre) regula el deporte de competición del parapente y ala delta a nivel internacional. Acaban de traernos una serie de cambios que persiguen el famoso mantra: mejorar la seguridad en las competiciones de parapente
Hace dos años, tras el Mundial de Piedrahita, prohibieron ‘de facto’ las velas Open, obligando a competir con velas homologadas. Ahora se da casi la vuelta a la tortilla.
¿Nos volverá a afectar a todos los pilotos?, esperemos que esta vez sea para bien.
Los cambios en el mundo del parapente competición a partir de enero del 2015:
  • Se crea la Clase Competición de parapente, se acaba la obligación de homologar conforme a la norma EN D, propia de los parapentes serial de cross.
  • El diseño tendrá limitaciones: alargamiento < 7 con una fórmula simplificada de medición.
  • La velocidad máxima no podrá exceder los 65 km/h.
  • Se cambia el final de carrera, habrá bonificación por llegar con más altura al gol. Se busca que el diseño de las velas y la estrategia de los pilotos se oriente a una velocidad óptima de vuelo, en lugar de la máxima velocidad. Ahí estaban los problemas de seguridad.
  • Los tests de vuelo se harán en la misma configuración que se vuela en competición: arnés integral y piloto activo en las maniobras.
  • Los test de certificación se simplifican, buscando economía desarrollo y costes. Se necesitan más fabricantes metidos en la competición y más tallas por modelo. En la situación actual los pilotos ligeros y pesados tienen menos opciones.
  • La referencia tomada de la homologación EN de parapentes (líneas, test de carga, pruebas en vuelo) se espera que acelere el desarrollo de una nueva norma EN para la clase competición.
  • Las normas de competición se revisarán cada dos años. Se busca estabilidad, no obligar a los pilotos a cambiar de equipo cada año, así como poder evolucionar el marco para el desarrollo de parapentes por los diseñadores y las marcas.
En las temporadas 2013 y 2014 seguiremos compitiendo con velas homologadas EN D, resultado de la prohibición de las velas Open Class tras el Mundial de Piedrahita. 
Los tests de homologación son pruebas de seguridad pasiva del parapente como aeronave. El piloto de pruebas no debe reaccionar a las maniobras. Se queda inerme a la espera de la reacción del parapente ante una maniobra provocada en aire tranquilo.
Hacer pasar las velas de compe por el aro de las homologaciones primero provocó perder el carácter original de los parapentes EN-D serial: máquinas para pilotos experimentados de cross con un alto nivel de pilotaje activo, pero no tan expertos ni entrenados como los competidores de alto nivel. 
Como pilotos ya no podemos guiarnos por la homologación como se ha hecho tradicionalmente para elegir nuestro equipo. Conforme los fabricantes han sacado modelos nuevos han apretado los límites de la homologación para obtener un mayor rendimiento. El argumento de ventas definitivo: «este parapente vuela mucho mucho, más que el resto de su categoría».
La contaminación en todas las categorías ha sido clara y está afectando a todos los pilotos de parapente, no solo a los competidores:
  • Hay velas EN B, categoría que se supone para principiantes, llamadas de «alto rendimiento» que requieren un pilotaje activo sólido y desarrollado previamente durante años ¿?
  • Hay velas EN C, se supone que para pilotos de nivel intermedio, con alargamiento 7- igual a las de competición (*)
  • Los pilotos de velas EN D «clásicas», que no quieren dar el salto a las de compe, se han quedado sin clasificación propia en las  competiciones, lo que ha desmotivado a más de uno.
  • Dada la superimportancia de 2-3 kms/h más de velocidad punta, las sospechas de «tuneos» al borde de lo legal entre los competidores de mayor nivel están en boca de todos. 
  • Y para colmo estadísticamente no está claro que hayamos ganado en seguridad.
Esperemos que estos cambios sirvan para mejorar la seguridad de las competiciones, objetivo inicial. Pero también para arreglar el desaguisado provocado al utilizar las pruebas de homologación de los parapentes de uso común como criterio para desarrollar parapentes de competición. 
Es como obligar a pasar la ITV a un Fórmula 1. Las ruedas tendrían que ser más estrechas. Menor agarre. Se saldrían de las curvas sin aviso previo al piloto.
Continuará…
(*) El alargamiento, como el algodón, no engaña. Cuanto más alargada una vela, más pide del piloto para ser volada en condiciones térmicas con seguridad.

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